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La "Posada sin Fronteras" y los testimonios de las personas migrantes deportadas.

LUNES, 16 DE DICIEMBRE DE 2013

En esta imagen, estoy hablando con Gilberto Martínez, Administrador de la Casa Migrante de Tijuana, B.C. A la derecha, con perilla, el Padre Luiz Kendzierski (quien recientemente dejó su cargo como Director, siendo sustituido por el Padre Pat Murphy) y junto a la valla, con un hermoso recogido, Mary Galván, Trabajadora Social de la Casa Madre Assunta.

El día 14 de diciembre de este año, se ha celebrado nuevamente la "Posada sin Fronteras", una reunión anual que se lleva a cabo desde hace ya veinte años en el llamado “Parque de la Amistad”, que divide San Diego, C.A. (EE.UU) y Tijuana, B.C. (México) y que está ubicada en la Delegación Playas de Tijuana. Yo tuve la suerte de participar el año pasado en la "19ª Posada Sin Fronteras”, cuyo lema era “Compasión: Unidos con los que sufren”. La costumbre es que familiares y amigos se reúnan a cada lado para cantar villancicos navideños y compartir dulces, tamales y champurrado, típicos de las fechas navideñas, así como para escuchar testimonios de personas migrantes deportadas que son atendidas en la Casa del Migrante, el Centro Madre Assunta y por la Coalición Pro Defensa del Migrante, A.C. En el acto también participan estudiantes de la Universidad y representantes de la Iglesia Presbiteriana de la ciudad de San Diego, CA.


En el mismo, se invoca a la misericordia y a la compasión de los legisladores de los Estados Unidos y México, empleando la historia del nacimiento del Niño Jesús como metáfora de la dura travesía que han de vivir los migrantes hasta llegar a un país en el que son tratados como criminales. El acto está cargado de enorme simbolismo, y en él se pretende que se fortalezcan las redes de apoyo a los migrantes a ambos lados de la frontera.


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